Estados Unidos, finales de 1920-1930. Patrick Dennis (sí, se llama igual
que el escritor) se queda huérfano a la edad de 10 años. Según el testamento
que dejó su padre, su tía Mame será su tutora legal al ser el único pariente vivo
que tiene.
Así que, unos días después del fallecimiento de su padre, acompañado de
la sirvienta Norah Muldoon, sale de su casa de Chicago y se planta en el lujoso
apartamento de la tía Mame justo en el momento en que ésta está dando una de
sus habituales fiestas.
La tía Mame vive en Nueva York. La tía Mame es extravagante,
disparatada, idealista, estrafalaria, absurda, brillante, divertida, vital, obsesionada por estar à la page. La tía Mame tiene un gran encanto y glamour. La
tía Mame tiene un diminuto mayordomo japonés, llamado Ito y una habitación con
paredes negras, una cama enorme en el centro y el techo dorado. La tía Mame
tiene amigos sofisticados y se pasa la vida entre fiestas y reuniones en los
ambientes bohemios e intelectuales de Nueva York. Y por supuesto, la tía Mame
no tiene ni idea de cómo tratar a un niño.
Con ella, Patrick saldrá adelante en la vida y sabrá querer a esa mujer
tan peculiar y es que, “todo empezó por
culpa de de un viejo ejemplar del Reader’s Digest”.
En esta revista solían aparecer algunos artículos donde una encantadora dama
soltera hablaba de sus ”hazañas” diarias, llegando a ser muy popular, incluso
un escritor famoso la consideraba “el personaje más inolvidable que he
conocido”.
Patrick (el huérfano) se dice que este escritor no ha debido conocer a
su tía Mame porque sino no diría eso, e inevitablemente “Empecé a pensar en la encantadora señora que me crió a mí”.
Así comienza el libro, con un Patrick ya maduro, recordando los momentos
vividos junto a su querida tía Mame.
Patrick Dennis (autor) utiliza al principio de cada capítulo, las
peripecias de esta encantadora dama solterona para compararlas con las idas y
venidas de la tía Mame, como diciendo: ¡qué quieres que te diga, no hay color,
donde esté la tía Mame!…
Patrick (sobrino) se adapta perfectamente al ritmo de vida de su tía, lo
ve todo con un cierto distanciamiento y una flema que no tiene nada que
envidiar a la de los británicos, y a veces parece que es él el adulto.
Veremos, junto al sensato y calmado Patrick, como la tía Mame se arruina
(el crack del 29), como encuentra empleo de dependienta en los almacenes
Macy’s, de redactora publicitaria en Vanity Fair, de lectora en una editorial,
de decoradora de interiores, actriz, y como es despedida de todos. También
veremos como se convierte en una dama sureña y mucho más...
Este es un libro que he disfrutado de principio a fin. El humor que
destila el autor es refrescante, irónico. No deja títere con cabeza. Quizás la
única pega que pueda tener es que es muy local, hay términos, lugares,
personas, que son muy de la época, pero se incluye un breve glosario donde se
explican quienes son esos personajes (la mayoría actores y actrices) y lugares
que aparecen nombrados a lo largo de la novela.
Leer la tía Mame es como ver una comedia americana (en blanco y negro,
por supuesto) del tipo de “Con faldas y a lo loco” o “Historias de Filadelfia”.
Parece ser que hay una segunda parte: "Alrededor del mundo con la tía Mame" de la editorial Acantilado.
Parece ser que hay una segunda parte: "Alrededor del mundo con la tía Mame" de la editorial Acantilado.
Tengo ganas de leerlo desde hace tiempo, pero siempre acabo dejándolo en su sitio y llevándome otro ¬¬
ResponderEliminarBesotes