lunes, 27 de febrero de 2012

Narrativa completa. H.P. Lovecraft

Bueno, ante el terror uno puede experimentar indiferencia , despiporre, grima huidiza o miedo recurrente, yo soy de estos últimos. Considero un arte aquel espectáculo o libro que transmite esa sensación.

Aquí presento estos dos libros densos de uno de los maestros del género, Howard Phillips Lovecraft, publicados por Valdemar en la Colección Gótica, nº 62 y 63. Edición muy cuidada, con traducciones de Francisco Torres Oliver, José María Nebreda y Juan Antonio Molina Foix, los prólogos y notas de este último.
Hace tiempo leí de este escritor: “El caso de Charles Dexter Ward”, “En las montañas de la locura” y “Ciclo de Aventuras Oníricas de Randolph Carter”, tres libros que me dejaron buena impresión, entretenidos y con gloriosos momentos de tensión. Era el momento de rememorar aquellos viejos temores con esta edición que esperaba en la recámara. No sé muy bien como enfocar la reseña de estos libros con numerosos relatos de temática variada e irregular extensión, intentaré hacer algo genérico, disculpad la espesura.

El primer volumen está jalonado de relatos cortos pertenecientes al primer periodo creativo de Lovecraft. Hasta el penúltimo: “La búsqueda en sueños de la ignota Kadath” no podemos hablar de novela, adelanto de las historias más redondas del segundo volumen. Muchos de estos relatos no se llegaron a publicar en vida de Lovecraft o aparecieron en pequeñas tiradas o revistas del género; algunos han llegado a nosotros gracias al legado epistolar de amigos y allegados. Los amantes de pequeñas historias o cuentos tienen miga con esta narrativa.

Destacar el exhaustivo trabajo de Molina Foix en la edición, dos brillantes prólogos y numerosas notas aclaratorias, que está a la altura de cualquier buen “exegeta” lovecraftiano. Un consejo, aquellos que solo deseen una lectura ligera, deben sumergirse en los relatos eludiendo las notas presentes al final de cada volumen, al horror no le va bien las interrupciones.
En mi caso, opté por una lectura minuciosa. Me adentré en la vertiente ensayista de la edición a costa de sacrificar algo la dinámica narrativa, aunque los tramos de mayor tensión coinciden con silencios editoriales. Conclusión: la personalidad de Lovecraft atrae tanto como su propia obra literaria (¿se habrá novelado o llevado al cine la vida de este escritor?).

En los primeros relatos cortos se distingue claramente el legado de Poe (la única influencia que conozco), las invenciones mágicas o las leyendas de los romántico-góticos prácticamente son inexistentes.
Cuevas, criptas, castas malditas, tumbas, universos oníricos paralelos, seres aterradores, la locura, la perversidad, la decadencia, las pesadillas, la muerte, el juicio final, lo inexplicable..., despiertan angustias desde una perspectiva lógica; la magia desaparece ante la explicación científica, el mago es alquimista.
Los secretos científicos, las realidades ancestrales prehumanas o extradimensionales, están presentes en las fuentes del miedo. El conocimiento científico tiene un límite para el hombre; los protagonistas, alter ego del autor, están ávidos por saber aunque eso pueda provocar su obsesión, su locura o su perdición. Al hombre le abruma la verdad.
Según se avanza, se establece definitivamente en los relatos el particular género que conforma Lovecraft, nuevo, precursor, un salto cualitativo respecto al resto de escritos decimonónicos. En sus escritos aparece el “horror cósmico”, más transcendental que el propiamente humano; sus relatos maduros tienden ya los puentes hacia la ciencia-ficción del s. XX.
Sí, todo muy rimbombante, pero ahora comprendo la fuerza argumental e inspiradora de la obra de Lovecraft, matriz identificable en muchos libros, películas y series.

Pero a pesar de las trabas materialistas, existe una vía de escape cognitivo en el laberinto de la estrecha mente humana, el sueño. El mundo onírico abre las puertas de otras dimensiones o del tiempo. Muchos relatos son fruto del sueño, la aventura surge en ellos, la imaginación vuela.

Sus relatos presentan un estilo barroco, atiborrado de adverbios y adjetivos, repetitivo..., creo que con toda intención. Oriundo de Nueva Inglaterra, al igual que Poe, tierra marcada por la superstición y el estricto puritanismo, Lovecraft debía ser buen conocedor de la fuerza expresiva de la tradición oral. Quizá su particular prosa intente emular esa expresividad popular; la reiteración, la vivificación, los sonidos, las detalladas descripciones, son elementos necesarios a la hora de atraer al oyente y Lovecraft los traslada a su prosa. Esa dificultad narrativa se acrecienta con la casi inexistencia de diálogos, la teatralidad es ambiental, no interpretativa, le importa únicamente la descripción del suceso o del escenario. ¿Qué es del terror sin lograr captar la atención del lector, sin transmitir las tensiones y las emociones de la narración, sin trasladar al lector a los escenarios imaginados, sin sentir ese ambiente de horror, esa presencia amenazadora que no se sabe bien qué es?. Él lo logra mediante ese particular formalismo narrativo.

Sobre los personajes suscribo las palabras de Molina Foix: “lo más característico (…) a excepción del narrador y algún ocasional amigo, no aparecen otros personajes, y si los hombres suelen ser meras “marionetas”, las mujeres prácticamente no existen”. Las inquietudes, obsesiones y temores del autor moldean la personalidad y la presentación de los personajes o los narradores. Los perdedores abundan, la humanidad empequeñece al vaivén de un universo hostil.

Otro elemento creativo, otra constante en los relatos: Los mitos de Cthulhu, los Grandes Antiguos, entidades del pasado capaces de reaparecer e interferir en nuestro mundo. Al acecho o aletargados, generan un misterioso paganismo, cultos prohibidos o marginados que sobreviven en pequeños grupos.
Cómo no, otros se han encargado posteriormente de refinar, codificar y aumentar el olimpo lovecraftiano.

Lovecraft es genial en muchos sentidos y un enorme fabulador. Equilibra perfectamente su desbordante imaginación con su amplia erudición. A veces, se inventa libros y personajes históricos sugestivos con el fin de reforzar la verosimilitud del relato. Lo mismo te desgrana la minuciosa historia del cónsul romano "Ibid" con sus pertinentes notas y referencias bibliográficas, que la historia del afamado libro "Necronomicon" del árabe Abdul Alhazred, enigmático, deseado, maldito, recurrente en sus escritos y en la posteridad.

Paciencia al lector que se adentre en estos libros. Como leí a Umberto Eco hace poco, a veces nos reconforta que los genios digan o escriban tonterías. La petulancia, las paranoias y las fobias raciales y sociales proyectadas sin ambages por Lovecraft en sus escritos son aspectos difíciles de encajar en el contexto de su genialidad creativa, delirios autodestructivos que le pasaron factura al genio de Providence. Si sus errores no nos reconfortan, como dice Eco, sí al menos le disculpan, fue su propia penitencia y le llevaron por el derrotero del perdedor.
El tiempo ensalzará su trabajo, típico ejemplo de notoriedad y reconocimientos póstumos. Sin conocer la formación, las influencias, el entorno, la naturaleza, las motivaciones y el tiempo de Lovecraft, no seremos capaces de comprender la riqueza de su obra y su posterior repercusión.

Lo dicho, aquellos que deseen una lectura dinámica de los relatos, ya sabéis, ignorar notas y prólogos, salid al encuentro de profundos sueños, de maldiciones escritas por el Destino, de amenazas sobre la Civilización, de cercanos misterios ocultos, de temores de la psique..., Lovecraft os los brinda. Calma, silencio y a subir la tensión.

Saludos

2 comentarios:

  1. Qué ganas tengo de hacerme con estos volúmenes!!!
    La edición es una auténtica pasada =)

    Besotes

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  2. Sí, Shorby. Cada vez resulta más difícil encontrarse con ediciones tan buenas como ésta. Son los primeros libros de esta colección que han pasado por mis manos, si algún día retomo el tema pillaré algo más de ella.
    _________________________

    Una curiosidad para cinéfilos. A pesar que las ideas de los relatos de Lovecraft te las puedes encontrar en muchas películas, parece que no resulta nada fácil adaptar sus relatos al cine. Copio el enlace de un brillante artículo de Sergio Armisén:

    http://www.lovecraftweb.com.ar/sitio/?p=403

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