Últimamente nos estamos encontrando con la agradable
sorpresa de ver obras que tratan sobre personajes históricos desconocidos por la
inmensa mayoría, pero con una historia a sus espaldas que ni mucho menos es
para caer en el olvido. Una de estas obras es Álava en Waterloo de Ildefonso Arenas.
Miguel Ricardo Álava y Esquivel tuvo una hoja de servicios
que desde luego no es para olvidar. Participó en múltiples acciones militares
navales, incluida Trafalgar, y en tierra, en la Guerra de la Independencia ,
siendo reconocido como un militar de valía por los británicos y sobre todo por
el propio Wellington.
Ese reconocimiento le valió para que fuese enviado como
embajador de España en París, y así librarse de Fernando VII, no muy amigo de
militares con pensamiento liberal como era Álava.
En París le sorprenderá el regreso de Napoleón y marchará
con Wellington para participar como segundo de él en la Batalla de Waterloo.
Pero 1200 páginas dan para mucho más. Nos encontramos ante
un retablo de personajes históricos tratados de manera muy acertada por el
autor. Por estas páginas veremos desfilar personajes de la talla de Talleyrand,
Metternich, Von Gneisenau, Blücher, y
por supuesto Wellington y Napoleón. Pero la lista es mucho más larga e imposible de enumerar en esta reseña.
Mención aparte merece otro militar español, Nicolás de
Miniussir i Giorgeta, destinado a París con Álava, acompañará a éste en Waterloo
y gracias a su dominio de idiomas tendrá un papel destacado al lado de
los prusianos.
La obra está dividida en tres partes, por así decirlo. La
primera parte, meses antes de Waterloo, dónde prima lo acontecido en el Congreso
de Viena y el regreso de Napoleón de la
Isla de Elba; la segunda en la que se desarrolla la batalla
de Waterloo; y una tercera con las consecuencias de la
derrota francesa y la “lucha” entre ingleses y prusianos por
llegar primeros a París, o más bien la “lucha” entre Gneisenau y Wellington por
colgarse las medallas de la
Batalla , algo que el autor recrea de manera excepcional.
En la obra domina más el ensayo que la parte novelada, a
veces me ha costado seguirla, ya que a pesar de las numerosas notas
aclaratorias, el autor ha respetado muchos términos del idioma original y eso a
veces me costaba, me imagino que para otros será muy de agradecer.
En definitiva, una gran obra que a pesar de su tamaño no se hace pesada su lectura y que trata de manera muy correcta no sólo la figura de Álava sino la del resto de personajes y el periodo en el que se centra la obra.
Un saludo
Te he nominado para los Liebster Award. Si quieres participar echa un vistazo al link que te dejo.
ResponderEliminarUn saludo!
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