Feliz Año Nuevo y aún con la resaca del 2010 en la cabeza, intentaré escribir algo coherente de este libro, algo que esté a la altura de la primera reseña del año.
Primero que todo he de reconocer que tras el batacazo que supuso para mí Cosmética de Enemigo, éste ha conseguido levantarme el ánimo, lo he pasado muy bien leyendo las aventuras y desventuras de Amélie en los años en que vivió en Pekín, pero al mismo tiempo, me he dado cuenta de que es un poco peligroso recomendar libros de esta autora debido a su peculiar estilo. No sé donde he leído que con ella no ha término medio, o la amas o la odias. Para mí, su punto de vista es brillante y su humor roza lo absurdo con comparaciones y juegos de significado imposibles. Es irónica y brutal. Es imposible evitar la sonrisa.
El sabotaje amoroso es una de sus obras autobiográficas del estilo de Estupor y Temblores o Ni de Eva ni de Adán. En ella, Amélie escribe sobre los años de su infancia en los que tuvo que vivir en el gueto chino de San Li Tun reservado a residentes extranjeros cuando su padre fue destinado a la ciudad como diplomático. El traslado supuso un cambio muy importante para la familia. Los hijos de todos los diplomáticos gozaron de la libertad que les proporcionaban los muros de la cárcel en la que vivían y se dedicaron a hacer la guerra entre ellos, esto aún no he llegado a entenderlo, quizá una especie de comparación con las guerras adultas, como el juego más entretenido que podían practicar. Amélie era feliz sin necesidad de nada ni de nadie, se tenía a ella misma pues ella era el centro de su universo hasta que entra en escena la joven Elena, una hermosa italiana de la que se enamora desde el primer instante en que la ve. Ella es quién le enseñará todos los secretos de otro juego mucho más interesante, el del amor.
La historia me parece superoriginal, ese amor platónico y correspondido o no de una forma un tanto curiosa curiosa. La crueldad de los niños en sus juegos, la elección de sus alianzas, de sus enemigos. Los diálogos son aplastantes, una pena que escaseen en la novela. Y el final buenísimo digno de ser la guinda del pastel. Así que sólo decir que si queréis pasar un ratillo entretenido, y digo ratillo porque la novela no os va a durar más que una tarde tonta, no dudéis en leerla.
Patricia
La tengo, y espero leerla estas vacaciones. Tengo muchas ganas de leer mi primera obra de la Nothomb... y más después de leer tu reseña.
ResponderEliminarUn beso,
Espero que te guste y si es así que no dudes en leer otros de esta autora aunque a mí las que me gustan son sus obras con notas autobiográficas, a las otras no consigo cogerlas el punto. Ah! y no te olvides de contarnos qué te pareció. Un beso, Pati.
ResponderEliminarLa acabo de terminar, este finde, y me ha encantado.
ResponderEliminarMe he quedado con una duda, ¿no te gustó Cosmética del Enemigo? Para mi es sin duda mi favorita, me impactó, quizá por ser la primera novela suya que leía.
Pues es que con ese libro me pasa una cosa curiosa, sí que reconozco que los primeros diálogos son buenos, la historia de la chica aunque dura, me pareció interesante, y el final es impactante, (aunque temes que va a ser ése parece como si no pudiera ser hasta que lo lees), pero hay algo en el desarrollo, en la manera que tiene de sonsacar el inoportuno (no recuerdo ahora el nombre) al protagonista, de darle la vuelta a sus pensamientos, que no me acabó de convencer, igual es que no supe entender, que no supe ver más allá. Pero la verdad es que, si tengo que quedarme con obras de esta autora, prefiero las que se basan en sus vivencias, aunque también sean un poco fantasiosas. Lo que sí es que tengo intención de probar con otras obras, quizá Cosmética de Enemigo fuera sólo un bache, quizá debiera intentar releerlo en otro momento. Aun así, sigo teniendo una buena impresión de la autora.
ResponderEliminarUna novela extraordinaria, tan cortita como contundente, parece mentira que la autora consiga retrotraerse en el tiempo para volver a ser niña y conseguir plasmar en este libro una prosa tan rica en matices.
ResponderEliminarMe quedo con este párrafo por si apetece rememorarlo. Saludos.
trentavuit.blogspot.com