PUERTAS DE FUEGO, STEVEN PRESSFIELD

Cuando uno empieza una novela, comienza con la ilusión de que le atrape, de disfrutar con la lectura, y Steven Pressfield lo consigue y con creces con Puertas de Fuego. Son muchas las novelas que se han escrito sobre la batalla de las Termópilas y los espartanos, pero no me confundiría mucho si digo que esta novela es la mejor que se ha escrito sobre este tema y una de las mejores novelas históricas que se pueden encontrar.
Xeones huye después de que Astakos haya sido destruida por los argivos. Xeones sin ciudad decide ir a Esparta. Allí conocerá las rígidas costumbres de la sociedad espartana y el aprendizaje que reciben desde jóvenes para ser guerreros. Xeones acabará siendo escudero de uno de los iguales de Esparta, Dienekes, uno de los elegidos para ir a las Termópilas para contener el avance de los persas.
El libro no es sólo una batalla, Pressfield nos presenta de manera magistral el modelo de vida espartano, sus costumbres, sus duros entrenamientos, todo ello encaminado para vencer a Phobos, el miedo en la batalla.
“la guerra, no la paz, produce la virtud. La guerra, no la paz, purga el vicio. La guerra y la preparación para la guerra, inspiran todo lo que de noble y honorable hay en el hombre”. Estas palabras de Polínices nos dejan claro cuáles eran las aspiraciones de un espartano, su vida gira en torno a la guerra, tienen que ser soldados infalibles, no pueden cometer errores. Pero según avanzamos en la novela, Pressfield, nos presenta a personajes que aman, repletos de sentimientos y en los que el miedo, en lo que han sido educados para vencerlo, en ocasiones, les superará.
Los personajes desde los principales a los secundarios están cargados de sentido en la novela, de hecho me quedo con los secundarios Dienekes, prudente y sabio, parece más un ateniense que un espartano y su contrapunto Polínices, impetuoso, arrogante podría ser el típico guerrero espartano que todos imaginamos. La mujer de Dienekes, Aretes, que no dudará en enfrentarse a los hombres y romper con las rígidas costumbres espartanas.
La novela está repleta de momentos épicos, pero también de episodios que nos estremecerán y nos emocionarán, me quedo con dos, la marcha de los espartanos hacia las Termópilas, despidiéndose de sus familiares, sabiendo que no van volver y el momentos antes de la batalla del último día, con los discursos de Leónidas y el tespio Ditirambo.
En definitiva novela histórica con letras mayúsculas, si el resto de novelas de este autor tienen este nivel, son para no perdonar su lectura.